JUANJO RUBIO CON JORGE PEREZ

JUANJO RUBIO CON JORGE PEREZ
ENTREGA DEL TITULO DIRECTOR DEPORTIVO

viernes, 27 de junio de 2014

" ENTRENADOR , TECNICO O DIRECTOR TECNICO"

 

Todos los Aficionados ,Prensa, Directivos y Jugadores estan esperando la llegada del fin de semana, para poder asistir al partido que juega el equipo de sus amores , todos desean ganar, todos quieren el triunfo de su club , del equipo de sus colores, todos ganan si el partido sale bien, solo hay un ser humano que trabajo entre la semana para conseguir el objetivo, pero si se gana nadie se acuerda de el ,pero si la derrota llega el sera el culpable (la alineacion no es la idonia, no jugo el sistema adecuado para este partido, no supo rectificar a tiempo su plateamiento ) etc. solo el vive en este lugar siempre pendiente a los resultados que si no llegan lo alejan de lo que mas le gusta , los entrenamientos, campo de futbol , y su banquillo , el entrenador es el unico que vive desde la raya un partido de futbol, pero se puede comportar como un Señor o como un Actor teatral en una representacion cómica.

Qué os quiero decir¿ Qué entendemos nosotros ?

En estos últimos días me he sorprendido de las diferentes conductas y posturas que asumen algunos Entrenadores en un partido de fútbol, en un juego.

 
Estos comportamientos están generando aprobación, popularidad y apoyo de alguna parte de la prensa, algunos directivos y algunos aficionados. Dicen estar de acuerdo. Que de esta manera se debe manejar desde la zona técnica un equipo de fútbol.

Que esa es la forma de “vivir” un juego. Por lo anterior podríamos pensar que hoy, hay gente “anormal” que es llamada Entrenador, porque no encaja dentro de los que “viven” el fútbol desde esa función.

Si hoy en la raya de un equipo de fútbol, el máximo responsable Entrenador no genera polémica, no grita como un loco, no está más de 90 minutos dando órdenes y haciendo indicaciones, no gesticula, no maltrata a sus jugadores, no maltrata al árbitro, no salta espectacularmente cuando su equipo hace un gol (sólo levanta los brazos), no pierde el control tirando al suelo gorras, sacos o pateando botellas, no le pega a una hielera o al techo de la banca, o le da un puntapié al aire, según sectores de la opinión pública, ESE ENTRENADOR ES UN “ANORMAL”. PORQUE SI NO HACE TODO ESTO, NO VIVE EL PARTIDO, NO TRANSMITE, NO LIDERA.

¿Realmente es así? ¿Qué pensamos de esos comportamientos?

Creo que el Entrenador (el “anormal” de hoy en día) trabaja a su equipo durante los entrenamientos en la semana. Antes de jugarse un partido ya ha impartido las órdenes tácticas y estratégicas para enfrentar al rival de turno. Ya reclamó disciplina, imprimió coraje y garra, pidió entrega y lucha, estimuló el talento y la inspiración individual en beneficio de su equipo.

Entonces sólo le queda realizar una charla previa, de repaso a lo ya trabajado, y una puesta a punto de los últimos detalles para que después en el campo y durante el juego se mantenga alerta para realizar ajustes y dar indicaciones referentes a las variantes que el desarrollo del juego permite. Y, con equilibrio, tomar las mejores decisiones al hacer los cambios y los movimientos que crea convenientes.

Por eso creo que no se vuelve loco durante un juego de fútbol. Ya hizo su trabajo, y sabe que en definitiva hoy y siempre deciden los futbolistas. Trabaja y trata de controlar hasta los momentos imprevistos e improbables que puedan aparecer en un partido de fútbol.

SABE QUE ES UN JUEGO.

Acepta la realidad

Seguramente reconoce que quedará al margen de algunas situaciones propias de un juego que se desarrolla como tal. Con un personaje central llamado árbitro, que marca y aplica las reglas según su observación y criterio. Que debe ser respetado, que no es infalible, también es humano. Que acierta y se equivoca como él y sus jugadores, como su colega y jugadores rivales, como el público y la prensa.

Y vive el partido sabiendo que así es, reconoce que es un juego.

Este Entrenador no se vuelve loco porque el árbitro cobre algo en contra de su equipo, no tiene un ataque de ira porque su equipo se pueda quedar con 10 jugadores, no le da una patada a la banca si su goleador remata afuera una situación propicia ni se tira de los pelos cuando su mejor defensor falla y el rival anota.

Eso es el juego, y él acepta jugarlo. Y así lo vive, como un juego.

Visto desde adentro .Es lógico que un futbolista no quiera mirar a la banca durante el partido y ver a su Entrenador sentado y de piernas cruzadas, sin atinar nada. Estamos claros.

¿Pero qué pensará un jugador si cada vez que mira a su banquillo ?

Ve a su jefe, a su conductor táctico, en una gran actuación teatral, sea que hizo algo bueno o algo no tan bueno, pareciendo estar como para recibir tratamiento clínico, totalmente descontrolado y listo para ser atado.

Tal vez los jóvenes futbolistas se pongan nerviosos o sientan ¿por qué no? algo de miedo al ver esas escenas. Pero creo que a un jugador ya de mayor experiencia, al observar el espectáculo ofrecido cada pocos minutos por su guía técnico-táctico, le puede dar bronca a veces, y en otros momentos hasta risa por verlo en tan ridículas formas.

Cada uno vive la vida a su manera, y un partido de fútbol es parte de nuestra vida.

Cada uno lo disfruta o lo sufre a su manera. Entonces, creo que el Entrenador “anormal” de hoy, sabe que su equipo podrá ganar o perder el juego, y que lo ganará con su estilo, su condición de líder, su estabilidad, su trabajo y su forma segura y confiable de dirigir.

O lo ganará su colega. Con su forma promocionada, aprobada y admirada por muchos, porque “ese sí que vive el partido”, con gestos, con gritos, actuación para las cámaras, poses para las fotos y algo más.

En definitiva el fútbol da para que todos ganemos en algún momento y de cualquier manera. Pero esto de lo que escribo hoy no se trata de ganar o perder un partido de fútbol, se trata de una profesión. Y las profesiones tienen representantes fieles de diferentes líneas de comportamientos y conductas.

¿Qué clase de representantes de Entrenadores Profesionales queremos o aprobamos hoy?

Hay representaciones de profesionales estables, coherentes, también admirados, queridos y ganadores.

No todo es un disparate

En otros deportes profesionales vemos a figuras como el golfista Tigger Woods. Que no porque falló su último golpe en el hoyo final, sale a quebrar su palo de golf ni delante ni detrás de las cámaras. Observamos al tenista Roger Federer, que sabe que un árbitro se puede equivocar en una determinación al dar un punto decisivo, y no por eso rompe su raqueta contra el piso en señal de desaprobación. Y en el fútbol tenemos varios ejemplos de futbolistas maduros, estables y equilibrados. Kaká o Messi, por ejemplo, si en alguna ocasión rematan afuera y fallan una situación clara de gol, no agarran a patadas al poste más cercano o le reclaman al árbitro por su fallo. Saben que es parte, saben que puede ocurrir. No por no hacer eso, no sienten o no viven el juego. Ellos son figuras en sus respectivos deportes.

Son ejemplos, admirados ejemplos, ejemplos a seguir y copiar.

Un ejemplo más. Del Entrenador español, del Campeón Mundial en Sudafrica, ¿Quién recuerda alguna postura teatral, algún reclamo airado o gesto de desaprobación contra alguien? ¿Qué recuerdos tenemos de su comportamiento en el banquillo ? Él no trabajó para que recordaran sus actuaciones en la zona técnica, trabajó para su equipo. Eso fue lo que quedó estampado en el currículo y en la historia Vicente del Bosque, recordando este torneo 4 años atras en Alemania 2006 otro entrenador que tambien gano este Torneo el italiano Marcelo Lippi , demostro que era un señor en sus formas y comportamientos.

No quiero decirle a nadie cómo comportarse. Estoy expresando mi opinión en un tema que está de moda y que hoy se “vive” de esa manera, pero… ¿Qué pasará mañana? ¿Dónde o cuándo va a parar? ¿En qué va a derivar? ¿Que futuro tiene este “estilo” de conducción (si le puedo llamar así)? Debemos tener cuidado. No debemos confundir.

Muchas veces vemos cómo son aprobadas conductas que se toman como muestras de energía, de liderazgo o don de mando, cuando en realidad son señales de inseguridad.

Cuestión de triunfar

Definitivamente, todos podemos ser ganadores desde la raya. Ganar un partido y hasta ganar un campeonato. Pero seguramente no habrá Entrenador mas ganador que aquél que con el tiempo sea recordado entre los que fueron sus futbolistas por su conocimiento, su inteligencia y su personalidad para alcanzar el triunfo con su equipo dentro y fuera del campo de futbol.

Será recordado cuando alguno de esos jugadores que tuvo en su momento pase a ser el conductor, el líder y el responsable de un equipo de fútbol y se dé cuenta que ser Entrenador de Fútbol Profesional (así dicen los títulos de Entrenador Nivel III-Pro.) es representar dignamente una profesión, una institución, un grupo de personas-futbolistas, una familia, y lo mas destacable, representar por medio se su profesión, la cultura y la educación de un país.

Publicado por JUANJO RUBIO

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